

2001
Cuarto single extraído del disco "Nunca el tiempo es perdido".
Editado por BMG Ariola / Perro Records
en formato CD Single, 2001.
Fabricado y distribuido por BMG Music Spain S.A.
Cuarto single extraído del disco "Nunca el tiempo es perdido".
Editado por BMG Ariola / Perro Records
en formato CD Single, 2001.
Fabricado y distribuido por BMG Music Spain S.A.
Letra y créditos
Letra y Música: Manolo García
Juan Carlos García - batería
Laurent Vernerey - bajo
Eric de Wit - guitarra eléctrica
Pedro Javier González - guitarra acústica
Javier Mas - laúd y guitarra acústica
Nacho Lesko - teclados
Juan Carlos García - percusión
Manolo García - voz y coros
Prendí la flor de lis en tu pelo.
Prendí la flor de lis sintiendo
que se me escapaba el tiempo
En tus besos serios, fieros,
prendí la flor y en mis dedos
sentí que todo marchita,
que todo se nos escapa.
Como los trigales lentos,
lentamente hacia el olvido.
Lentamente, sin remedio.
No pasa el tiempo desde que te fuiste.
No hay meses ni años en el calendario.
Soy como el árbol volcado
que no acaba de secarse.
Un tango arrabalero y dulce,
tan dulce como la melaza
quiero, mi vida, escribirte.
Quizá para recordarte
que el amor sólo es entrega
y que a veces, oro es
lo que junto a ti reluce
Prendí la flor de lis en tu pelo,
prendí la flor de lis sintiendo
que se me escapaba el tiempo.
Un tango pendenciero y triste
quisiera amor escribirte.
Como una noche de farra,
como un amanecer
en una cama extraña.
Tango de la lejanía,
del amor de un solo bando.
Lo que sentí junto a ti
jamás lo sentiré en otros brazos.
Prendí la flor de lis en tu pelo.
Prendí la flor de lis sintiendo
que se me escapaba el tiempo.
Letra y créditos
Letra y Música: M. García
Grabada en el Auditorio Municipal de Daimiel,
el 31 de Agosto de 2001
Prendí la flor de lis en tu pelo.
Prendí la flor de lis sintiendo
que se me escapaba el tiempo
En tus besos serios, fieros,
prendí la flor y en mis dedos
sentí que todo marchita,
que todo se nos escapa.
Como los trigales lentos,
lentamente hacia el olvido.
Lentamente, sin remedio.
No pasa el tiempo desde que te fuiste.
No hay meses ni años en el calendario.
Soy como el árbol volcado
que no acaba de secarse.
Un tango arrabalero y dulce,
tan dulce como la melaza
quiero, mi vida, escribirte.
Quizá para recordarte
que el amor sólo es entrega
y que a veces, oro es
lo que junto a ti reluce
Prendí la flor de lis en tu pelo,
prendí la flor de lis sintiendo
que se me escapaba el tiempo.
Un tango pendenciero y triste
quisiera amor escribirte.
Como una noche de farra,
como un amanecer
en una cama extraña.
Tango de la lejanía,
del amor de un solo bando.
Lo que sentí junto a ti
jamás lo sentiré en otros brazos.
Prendí la flor de lis en tu pelo.
Prendí la flor de lis sintiendo
que se me escapaba el tiempo.
Letra y créditos
Letra y Música: M. García
Grabada en el Palacio de Congresos de Granada,
el 18 de marzo de 2002
Sobre mis párpados vela
el gallo de la madrugada,
sobre el péndulo que la vigilia mueve.
Tus rotundas palabras, tu cortante gesto
son el gélido viento que silba
por las rendijas de mi pensamiento.
Y es tan grande la tristeza que hoy siento...
Aléjate espejismo del amor eterno,
sólo eres literaria veleidad.
Ni al peregrino das posada
ni al sediento agua
ni al que ansía saber muestras la verdad.
Detesto el tiempo, la ansiedad lamento.
Descansar sólo quiero, junto al calor del fuego,
Me amarro al momento, y lo único que poseo,
con los hombres azules irme al azul desierto.
Es lo que hoy deseo, y a ti te deseo
que de cascabeles, pífanos y timbales
se alegre tu camino.
Que nunca te sea adverso el destino.
Que encuentres en tu vida
amigos diáfanos y entretenidos.
Sobre mis párpados velas,
frágil ave de la madrugada.
Eres péndulo que en la vigilia hiere.
Tus cortantes palabras, tu rotundo gesto
son el gélido viento que silba
por las rendijas de mi pensamiento.
Y es tan honda la nostalgia que hoy siento...
Aléjate espejismo del amor eterno,
sólo eres literaria veleidad.
Ni al peregrino das posada
ni al sediento agua
ni al que ansía saber muestras la verdad.
Somete el tiempo apagará el lamento
bajo un límpido cielo al calor del fuego.
Me acojo el momento y lo único que deseo
es con los hombres azules
irme al azul desierto.
Es lo que hoy deseo.
Y a ti te deseo que encuentres tu camino.
Es lo que hoy te deseo y lo que hoy te escribo.