2001

Segundo single extraído del disco "Nunca el tiempo es perdido".
Editado por BMG Ariola / Perro Records
en formato CD Single, 2001.
Fabricado y distribuido por BMG Music Spain S.A.
Letra y créditos

Letra y Música: Manolo García
Juan Carlos García - batería
Antonio Fidel - bajo
Eric de Wit - guitarra eléctrica
Pedro Javier González - guitarra acústica
Nacho Lesko - teclados
Juan Carlos García - percusión
Manolo García - voz, coros y teclado cutre

Cruzan nubes grises
por un cielo turbio y feroz.
Esta tarde espesa, acodado en este balcón,
fumo y me consumo,
enfrente el Arco Iris Club
Caminábamos y el calor de verano
empujaba nuestro asombro
contra las paredes llenas de grafitis.
Caminábamos y el fogón del verano
engullía nuestro asombro
por obstinarnos en lo imposible.
Como tú, camino
por esta estrecha calle.
Como tú, necesito soles
que giren para alumbrarme.
Que hagan brillar
lo bueno que pueda haber en el alma.
Sonrío al viento porque en él
huelo el humo del incendio.
Porque se que la fe es creer
en algún dios aunque no existan.
O existir aunque ese dios
a veces no crea en ti.
En caminar, aunque hoy
no brille tu estrella.
Como tú, camino por esta tierra
que pronto será yerma.
Levedad. Somos levedad.
Levedad. Somos levedad.
Cruzan nubes grises,
trallazos que tapan tanta voz,
que beben mi tormento,
que me arrancan de este sopor.
Leo y me sosiego, abajo.
Abajo el Arco Iris Club.
Caminábamos y el calor de verano
empujaba nuestro asombro
contra las paredes llenas de graffitis.
Caminábamos y el fogón del verano
engullía nuestro asombro
por obstinarnos en lo imposible.
Nunca cesa la matraca de motores.
Noche y día pasan coches atronando
en su estela por la avenida abajo.
Abajo, paraguas de fantasmales luces.
Son los árboles grasientos de monóxido.
Y esa lluvia filtrada que no limpia la ciudad.
Abajo, en el portal, veteranos
de una vida de sinsabores
duermen asidos a la botella
como para no caerse cuesta abajo.
Cuesta abajo, caminábamos, aquel verano.
Levedad. Somos levedad.
Levedad. Somos levedad.
Levedad.
Letra y créditos

Letra y Música: M. García
Maqueta casera

Cruzan nubes grises
por un cielo turbio y feroz.
Esta tarde espesa,
acodado en este balcón,
fumo y me consumo,
enfrente el Arco Iris Club.
Caminábamos y el calor de verano
empujaba nuestro asombro
contra las paredes llenas de grafitis.
Caminábamos y el fogón del verano
engullía nuestro asombro
por obstinarnos en lo imposible.
Como tú, camino por una estrecha senda
Y como tú, necesito soles que giren en torno a mi.
Que hagan brillar lo bueno que pueda haber en el alma.
Sonrío al viento porque en él huelo el humo del incendio.
Y porque se que la fe es creer en algún dios aunque no exista.
O en existir aunque ese dios a veces no crea en ti.
En caminar, aunque no tengas pies,
y aunque sea estrecha la senda.
Como tú, camino por esta tierra que pronto será yerma.
Levedad. Somos levedad.
Levedad. Somos levedad.
Cruzan nubes grises,
trallazos que me tapan tu voz,
que beben en mi tormenta,
que me arrancan de este sopor.
Leo y me sosiego, abajo.
Abajo el Arco Iris Club.
Caminábamos y el calor de verano
empujaba nuestro asombro
contra las paredes llenas de grafitis.
Caminábamos y el fogón del verano
engullía nuestro asombro
por obstinarnos en lo imposible.
Nunca cesa la matraca de motores.
Noche y día pasan coches atronando
en su estela por la avenida abajo.
Abajo, paraguas de fantasmales luces.
Son los árboles grasientos de monóxido.
Y esa lluvia filtrada que no limpia la ciudad.
Abajo, en el portal, veteranos
de una vida de sinsabores duermen asidos a la botella
como para no caerse cuesta abajo.
Cuesta abajo, caminábamos, aquel verano.
Levedad. Somos levedad.
Levedad.
Letra y créditos

Letra y Música: Jorge Saldaña
Grabada en el Palau de la Música de Barcelona,
el 26 de mayo de 1999

Voy a cantar el corrido
de un hombre que fué a la guerra
anduvo en la sierra herido
para conquistar su tierra.
Lo conocí en la batalla,
siempre cantaba a la sera:
"el que es revolucionario
puede morir donde quiera".
El general nos decía:
"peleen con mucho valor,
les vamos a dar parcelas
cuando haya repartición".
Gritó Emiliano Zapata:
"Quiero tierra y libertad"
y el gobierno se reía
cuando lo iban a enterrar.
Vuela, vuela pajarito,
párate en aquella higuera,
que aquí se acaba el corrido
del mentado Juan sin tierra.