1991

Cuarto single extraído del disco
"Nuevo pequeño catálogo de seres y estares".
Editado por Perro Records en formato vinilo 7", 1991.
Fabricado y distribuido por EMI-Odeón, S.A.
Letra y créditos

Letra y Música: Manolo García - Quimi Portet
Antonio Fidel - Bajo
Juan Carlos García - Percusión
Quimi Portet - Guitarra, teclados, percusión, programación
Manolo García - Voz, percusión
Producida por El último de la fila y Charlie Midnight
Mezclada por Chris Lord-Alge

Vuela al viento espuma del mar,
vuela al viento y vuélvelo a volar.
Mezcla el mundo, ruge mistral,
mezcla el mundo y mézclanos con él.
Ahórrate esas palabras de amor
que nadie va a comprender, ni tan sólo yo.
Si lo que vas a decir
no es más bello que el silencio,
no lo vayas a decir.
Que hable el mundo y calle el hombre,
calle el hombre y vuélvase a callar.
Mezcla el mundo, ruge mistral;
mezcla el mundo y mézclanos con él.
Ruge mistral, vuélvenos locos de atar
y con tu antiguo furor
llévate a aquel que ose hablar.
Mientras todos duerman te amaré.
Cuando todos hablen huiré.
Lejos, muy lejos, en silencio.
Lejos, muy lejos, en silencio.
Cuando el bosque te hable te hablaré;
cuando el mar te tenga te tendré.
Murmullo de una oración minúscula y dulce;
murmullo de tu respiración al despertar.
Ruge mistral, medio dios;
llévate el mundo de aquí,
peina la espuma del mar
y llévanos muy lejos, muy lejos.
Letra y créditos

Letra y Música: Manolo García - Quimi Portet
Ángel Celada - Batería
Antonio Fidel - Bajo
Josep Llobell - Piano, pizzicato sintetizado
Quimi Portet - G. acústica, eléctrica, órgano
Manolo García - Voz
Producida por Manolo García y Quimi Portet
Mezclada por Chris Lord-Alge

Sucedió en la antigüedad en ésta tierra.
Cuentan que no ha habido jamás
un amor como fue aquel
entre batallas a sangre y fuego,
un cariño tan fiel.
Era una tarde de frío invierno
cuando fueron a por él;
nunca regresó
su tierno amor.
Murió de pie.
Y ella salía a los caminos a preguntar.
Por besar su blanca frente
las nubes le guiaron.
Es aquel tu amor,
tendido está
y le dio un vuelco el corazón.
Y la noche se los tragó,
fueron dos sombras
cruzando entre bomba y metralla.
Siga Usted, mi capitán
que aunque silben las balas
el cielo le preservará
como le decía a él.
Cuentan que los vieron
caminando hacia el pueblo en llamas
y que entre sus ruinas
a los viajeros hablan.
Y la hierba ya no crece,
polvo y hollín.
Ríos desbordados
que arrastraron sus vidas.
Guerras que nadie deseó
que truncaron sus sueños.
Nunca hubo un amor tan fiel,
un cariño tan grande;
aunque la memoria de este lugar
haya olvidado sus nombres.